jueves, 16 de mayo de 2013

Jueves, 16 de mayo: visita al Auto Department del SDE College (VET)

Aquí está el programa previsto para el día:

09:00-12:00
Auto Department of SDE College (VET - Automotive)

12:00-14:30
“Stjerneskibet” A Dynamic Office- and Innovation Community in  Odense: Innovation and Entrepreneurship - Blue Ocean Robotics –  Innovation in cooperation with educational institution 


Segunda jornada en el VET del SDE College. En esta ocasión para conocer cómo trabajan en el área de automoción. Volvemos a tener como anfitriones a Lone Olsen (orientadora del departamento). También nos atiende al jefe del departamento de automoción, en el que trabajan 34 personas.

Este centro de automoción tiene 3 delegaciones en distintos puntos de Dinamarca, y da servicio a un total de unos 1000 alumnos en formación en alternancia. En el centro, de manera permanente, hay 250 alumnos.

A unos 2 km tienen alojamiento para los alumnos que vienen desde lejos, lo que es especialmente beneficioso para los 2000 trabajadores que se reciclan cada año en las instalaciones del centro.

Como no podía ser de otra forma, dan gran importancia al contacto con las empresas más importantes del sector. Han creado la figura del Company Agent, que es un exdirectivo de una gran compañía, ya jubilado, y que es muy respetado en el sector. La labor de esta persona es facilitar el contacto entre el centro y las compañías, además de ayudar a los alumnos en la búsqueda de empresas para que hagan prácticas.


Uno de los resultados de la estrecha relación con las multinacionales es que algunas de ellas (Skoda, Fiat...), contratan a los profesores del centro para que elaboren materiales y formación para la reparación de los modelos nuevos. Después envían allí a sus trabajadores para que reciban la formación. De esta forma las empresas se benefician del saber hacer del profesorado y los centros del contacto con el tejido industrial, obteniendo además materiales de vanguardia con los que trabajar.



Nos explican su modelo de formación. Es curioso, pero a pesar de que están en la misma organización, los distintos departamentos tienen cierta autonomía para plantear “mejoras” organizativas. En el caso del VET, los alumnos hacen un recorrido de 3 años y medio, en el que van de la empresa al centro formativo hasta 8 veces, adquiriendo nuevas competencias en períodos de 5 semanas.


La estructura es, una vez más, bastante flexible. En las 2 primeras semanas hacen una acogida a los alumnos para saber cómo se desenvuelven en danés, inglés, tecnología, física,  matemáticas, etc. No se trata de un examen, es para determinar cuál es el punto de partida de los alumnos y poder asesorarles mejor después.

Al cabo de las dos semanas, todos los profesores se reunen y discupen como está cada alumno. Les informan a los alumnos y son ellos los que toman la decisión de seguir o no. No se les puede negar el acceso, pero si hacerles saber que pueden tener dificultades para rendir adecuadamente debido a las carencias con las que llegan.

Los alumnos que quieren seguir a pesar de sus carencias van a un programa de apoyo, que recibe el nombre de GPS y que es un taller (workshop) en el que un asistente social y un profesor de taller trabajan con un máximo de 10 alumnos a jornada completa. También envían al GPS a los alumnos ya problemáticos cuando se ve que no avanzan. Se les aconseja un tiempo de descanso (en el GPS) y si no aceptan, lo tienen que dejar. En este servicio están los alumnos un mínimo de 2 semanas, y puede alargarse la estancia hasta 1 año. Después el alumno se integra en el grupo que le corresponda (que no será con el que empezó)

Las clases tienen una duración de 45 minutos y tienen 7 sesiones diarias. Hay teoría y práctica, pero el foco está en las competencias. Pueden llegar a separar, por ejemplo, a 4 alumnos de una clase para darles una clase teórica y dejar al resto en el taller. Es decisión del profesor el cómo lograr que los alumnos adquieran las competencias.

A medida que avanza el alumno, los profesores evaluan el grado de competencia alcanzado. Al final hay un examen y un proyecto. En el examen se les plantea un caso y tienen que solucionar el problema. Ejemplo. Problema con los frenos.
Les preguntan aspectos relacionados con ciencia, salud y seguridad...
No les piden hacer informes largos, sino sacar fotos, escribir un mínimo y presentar el proyecto. Al final tienen que defender el proyecto ante un profesor del centro y uno de fuera.

El equipo docente al completo junto a la orientadora y al “company agent” se reunen cada miércoles con objeto de analizar la marcha del grupo, hablar sobre los alumnos y tomar decisiones sobre los problemas que surjan

De todo lo que vemos, una de las cosas que más nos llaman la atención es la importancia de la figura del orientador en la formación profesional. Al tener un sistema educativo con tantas ramificaciones y tantas opciones, el alumnado requiere del asesoramiento de los orientadores para elegir bien entre el amplio abanico de posibilidades que tiene ante sí. También es digno de mención el espacio del que disponen y el equipamiento.

Ya por la tarde visitamos Development Fyn, la agencia de desarrollo local de la comarca de Fyn y de la que ya nos informó el martes anterior Mads.
Los servicios ofrecidos por la organización son los mismos que suelen ofrecer aquí Debegesa, y organizaciones similares. La diferencia es que allí hay una única organización (grande) dedicada a impulsar el tejido económico de la zona y después hay pequeñas empresas dedicadas a aspectos concretos. Así, la de Mads se dedicaba a Innovación y la persona que nos atendía en aquel momento (Anette Pihl Nielsen) era la directora de Stjerneskibet, una empresa cuyo objetivo es la promoción de negocios y turismo.

Estuvimos con un emprendedor que estaba haciendo negocios en el campo de la robótica y nos explicó su visión del sector a corto-medio plazo.

Todo esto ocurrió hasta las tres de la tarde, y una vez ya no eran horas para ir a comer y la cena estaba cerca, así que aprovechamos para ir a la casa de Hans Christian Andersen, que está en Odense. Llegamos a 5 minutos de la hora de cierre (¡¡las 4 de la tarde!!), así que ya no nos merecía la pena y probamos con otro destino: "Den Fynske Lansby", que es una recreación de un pueblo de la época de Hans Christian Andersen. Esta vez tuvimos algo más de suerte y pudimos visitar el pueblo hasta la hora de cierre, esto es, los 15 minutos que quedaban hasta las 5 de la tarde. Es una recreación con mucho detalle en la que se pueden visitar algunas de las casas y demás edificios. Merece la pena verlo.


Siguiendo con el pequeño tour gastronómico recomendado por nuestros contactos de Odense, cenamos en un italiano llamado Capri. La comida era excelente y el ambiente muy agradable.
Ya solo nos quedaba planificar un poco el día libre para visitar Copenhague.


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